La calidad requiere un nuevo tipo de liderazgo, basado en la experiencia y en la convicción personal. El director debe ser el primero y el mayormente comprometido con el propósito de mejorar la calidad, debe ayudar a los docentes a trabajar más inteligentemente, no más duramente. El objeto del liderazgo es mejorar el comportamiento del ser humano para mejorar la calidad, eliminando las causas de las fallas y de los problemas.
El proceso de mejoramiento de la calidad es un proceso educativo continuo de quienes en él se involucran e implica aprender a conocer las necesidades del beneficiario y aprender a vivir valores nuevos.
El director debe saber si se están cumpliendo los estándares de calidad de un determinado ciclo del proceso de mejoramiento y debe propiciar que el equipo en su conjunto reafirme y exprese en forma clara los mínimos estándares de comportamiento esperados de los docentes, tiene que ser capaz de idear y de conducir procesos de investigación. Tiene la responsabilidad del mantenimiento del sistema y la responsabilidad del mejoramiento. La primera se refiere a la necesidad de asegurar que todos puedan lograr los estándares establecidos, y la segunda es la otra cara de la moneda y se refiere a la necesidad de dar los pasos necesarios para ir logrando estándares de comportamiento y niveles de logro cada vez más altos.
El director tiene dos funciones: La función estimulante y de apoyo está dirigida a los procesos y es la que se refiere a propiciar que mejoren las relaciones de manera que puedan producirse buenos resultados, y la función de control está dirigida a los resultados.
Comentario: Considero este capítulo muy interesante porque explica la importancia del papel que tiene el director para el mejoramiento de la calidad educativa en el plantel donde ejerzan su cargo. Como lo señalé en el comentario del capítulo V, con base en la lectura de Mortimore sobre las características claves de las escuelas efectivas, puedo indicar que el liderazgo por parte de los directores impacta en la educación que obtienen los beneficiarios y en la calidad de la misma.
Referencia bibliográfica:
Schmelkes, Sylvia (1995). La calidad requiere liderazgo. Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas. (pp. 65 – 75). México: Secretaria de Educación Pública (Biblioteca para la actualización del maestro).
¡Claro compañero Miguel! Un buen líder es la base para que un pueblo o comunidad llegue al éxito, los grandes movimientos que han revolucionado al mundo han estado dirigidos por personas excepcionales que siempre buscaron el bienestar de su gente, dirigir una escuela es como un campo de batalla, como un tablero de ajedrez, todas las piezas son importantes y esenciales para conseguir que el rey, que bien podría ser la calidad educativa, venza la partida, así pues es importante protegerse unos a otros pero sobretodo trazar una estrategia. ¡Éxito! Ilse.
ResponderEliminarCompañero Miguel:
ResponderEliminarConcuerdo totalmente con tu comentario, yo también realicé la comparación de este capítulo con la lectura de Mortimore y como sabemos las escuelas efectivas van a depender en gran medida del liderazgo que exista dentro de ellas y esta va a estar encaminado por parte del director pues este debe mantenerse al tanto de lo que acontece en su escuela, ubicar los problemas y plantear posibles soluciones.
En cuanto a tu resumen considero que lograste extraer las ideas principales de la autora. Buen trabajo compañero.
Sin más por el momento me despido.
Paola López.
Compañero Ferman.
ResponderEliminarConcuerdo contigo cuando haces mención del liderazgo, y dices que impacta en los beneficiarios, y en la calidad educativa, además de eso, carecer de esta característica (liderazgo) ha degradado mucho el puesto del director, a tal nivel que en las escuelas (las que hemos visitado) el que hace temblar a los alumnos es el subdirector, debido a que el director se la pasa metido en su oficina.